martes, 26 de mayo de 2015

LA PARRILLI

Titulo: "La Palliri"
                             
Poesía: La Palliri
Autor: Manuel  José Castilla
Libro: Copajira
Editada: En Salta por Rómulo D'Uva (1949).
Ilustraciones y viñeta: Gertrudis Chale y Carybé.
Copajira está dedicada a los mineros de Oruro y Potosi,  a todos los sufridos mineros del mundo andino, tanto hombres, como mujeres y niños.
Hecho Música:  Huaiño de Ramón Navarro. Editorial Lagos.

Manuel José Castilla: Nació  en Cerrillos (provincia de Salta- Argentina) en 1918.
De raíz  folclórica  sus obras, se identifican con el hombre y la tierra. Con fuerte compromiso social, sus  poemas  entre otros “Copajira” (1949), relata con profunda sensibilidad, la dureza de la vida del minero, obra que  surgió de su estancia en las minas de Bolivia, donde se consustanció con la realidad de los socavones andinos, y la pobreza del trabajador andino. Los cinco poemas “Alba”, “Mediodía”, “Tarde”, “Noche” y “Sueño” representan un día completo en la vida de un minero.
Fue uno de los fundadores del movimiento “La Carpa que convocó a grandes poetas del noroeste argentino como Raúl Galán, Julio Ardiles Gray, María Adela Agudo, María Elvira Juárez, Sara San Martín de Dávalos, entre otros durante los años cuarenta. Periodista en los diarios El intransigente y Salta, autor de letras de canciones y recopilador de coplas folclóricas.
Escribió la letra de muchas obras musicalizadas por su inseparable amigo,  el Cuchi Leguizamón, hoy clásicos del folklore Argentino.
Su obra literaria fue largamente premiada, 1957 obtuvo el Premio Regional de Poesía del Norte (1954-1956, Dirección General de Cultura de la Nación). Por su libro "Norte Adentro" recibió el Premio "Juan Carlos Dávalos". En el período 1958-1960 el Gobierno de Salta lo distinguió por el poemario "El cielo lejos". Por "Bajo las lentas nubes", Premio del Fondo Nacional de las Artes (Mendoza 1962-64). En 1967 Tercer Premio Nacional de Poesía por su obra "Posesión entre pájaros". Entre otras de sus más importantes distinciones se incluyen el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1973), el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1970-72) y el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación (trienio 1973-75).
La literatura de Castilla tuvo una amplia influencia en toda la literatura del Noroeste argentino y del interior en general, fue el primero en introducir la poesía social en ese ámbito.
Realizó un importante aporte  a las Artes Plásticas, fundamentalmente a  la pintura, a partir de su amistad  (muchas veces registrado textualmente, mediante las dedicatorias, los epígrafes y las preferencias temáticas y/o retóricas en sus poemas),  con un grupo importante de plásticos vinculados a la producción artística de la provincia de Salta Ramiro Dávalos, Luis Preti, Carlos García Bes, Gertrudis Chale, Raúl Brie, entre otros.
Falleció en Salta el 19 de julio de 1980.




"La Palliri"

 

MANUEL J. CASTILLA


Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas).

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio,
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se duerme el martillo como un niño de hierro.



El poeta Manuel J Castilla realiza con esta poesía una denuncia literaria sobre la vida de una obrera de la minería del altiplano. Con la simpleza de sus  versos,  describe  la dramática  vida de una obrera de la minería, a las puertas del socavón.
Las palliris  “buscadoras” en el idioma quechua, escarban en las montañas de desechos de las minas de Bolivia en busca de rocas con algún valor. La  obrera minera  para ayudar a la economía de su hogar, rasca entre las miles de toneladas de restos de roca en procura de algunos kilos de mineral, para su venta.

El  poeta cerrillano,  de alto vuelo poético, se nutrió del paisaje natal y del hombre que la habita, dando una visión diferente y pasional de la "tierra de uno", como él la llamaba, y haciendo de ella además, un arma de denuncia social.
Sus viajes  por las regiones del altiplano (Bolivia Perú), quizás por alguno de sus ancestros altoperuanos,  le permitió conocer  el ambiente minero (las minas de Potosí y Oruro) y  el drama de los trabajadores. Esas vivencias dieron origen al libro "Copajira".  
Se afirma que la estructuración del trabajo de Castilla, se enmarca con el sistema poético indigenista de vanguardia, surgido al sur del Perú a fines de los años 20.
Leyendas y mitos del “Inkarri”,  (descrita por Mario Vargas Llosa en "La utopía arcaíca"), es en este poema, un personaje mas de la gran esperanza del mundo andino que  aguarda  la llegada de ese Rey Inca, que fuera en manos de los españoles  (Españarri- contracción de España Rey)  cercenado y dispersado su cuerpo en distintos lugares del Tahuantinsuyo y el Cuzco. Las  riquezas y minerales  escondidos en la montaña,  estos mismos metales precisos que busca la “Palliri” con su martillo, arrancando a la madre tierra su herencia que por siglos le fue negada.
La simbología utilizada por el poeta es fantástica y a la vez descriptiva de la pobreza y la  miserable vida del habitante puneño.
La escritura Castillana de este poema termina convergiendo en una narrativa ya que de solo leerlo permite dibujar el rostro, la textura de las manos y de la roca del socavón, sin mas instrumento que su lectura.
En “la palliri”, la poesía  esta expuesta como una denuncia étnica, al trabajo esclavo, amargo, sufrido, de la mujer en el norte, sobre todo en la actividad minera. Invita al lector a recurrir a los textos de  historia, de geografía para encontrar,  ubicar las minas y   recorrerlas.
En  el poema   la mujer  se muestra como madre laboriosa, abnegada, que busca en el oficio desentrañar sus sueños.
Los versos se inicia con un sarcasmo, “…que trabajo mas fácil tiene la palliri…”, desde  su inicio se  deja constancia de la rudeza y lo duro que es la vida de la obrera minera.
El trabajo al pie de la montaña, realizado por la palliri, fuera del socavón,  por un tema de creencia popular en donde el “tío”, dios del socavón  dueño y señor de las minas, al que no le gusta la presencia de la mujer, es descripto en el poema de manera precisa.
La selección en forma manual de las piedras incrustadas de minerales, por la palliri,  sentada sobre su pollera, es pincelada desde los versos con un vuelo poetico casi perfecto,    cuando dice: “Sentada sobre el cáliz de su propia pollera, elige con los ojos unos trozos de roca que despedaza a golpes de martillo en la tierra..”.
Utiliza la comparación del silencio nocturno (oscuro y lúgubre) para describir a la mujer puneña,  “morena de largas trenzas negras”. Recurre así una vez mas a la naturaleza, “a la tierra de uno”,  para pincelar el paisaje minero.
El silencio, “el solo estar”, la soledad se repite en este poema, como propio de la narrativa de Castilla, (en sus obras tales como “La tierra de uno”, “Norte Adentro”,  ”De solo estar prosa”). La obrera minera anhela  un mundo esperanzador, donde el cielo y la tierra se conjuran para hacer mas llevadero el trabajo, describe el poeta “.....La palliri no canta ni tampoco hila sueños. La mirada en la tierra y en la cabeza el cielo de mañana y de tarde busca sólo el silencio, y cuando está a su lado lo quiebra contra el suelo…”
La comparación del martillo como un niño de hierro es la mejor representación grafica del oficio, de mujer y de madre.
La poesía de Castilla es una poesía de vuelo poético propio, el paisaje y el hombre, son elementos necesarios para poner de manifiesto la condición social y la problemática del hombre puneño, la pobreza y miseria a las que están expuestos.
Esta forma de narrar, de escribir,  es propia de un grupo de líricos salteños que marcó una época en la literatura norteña,  siendo protagonista de un gran movimiento del auge del folklore de los años 60,  grupo  integrado por Jaime y Arturo Dávalos, José Ríos, César Perdiguero, Julio Santos Espinosa, Ariel Petrocelli entre otros
Esta hermosa poesía la hizo canción  el músico  Ramón Navarro, y como  huaiño, recorre el mundo pincelando la vida de la obrera de las minas andinas.

Concluyendo, Castilla practica una ética de la responsabilidad, ya que se hace responsable de lo próximo que lo rodea, no se mantiene  pasivo en su  estado de contemplación y conformismo, lo denuncia y lo conjuga con lo dado por la madre naturaleza, se hace cargo de lo que la tierra padece y tomando su voz, habla,  dice por ella, lo que el hombre le quito a sus hermanos, con el afán de la riquezaFinal del formulario

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